Gira a Amsterdam

Un territorio parcialmente conquistado desde el mar, los Países Bajos no podían parecerse a ninguna otra nación. De su pasado de mercaderes y navegantes, sus habitantes han sabido dibujar una alquimia única entre el rigor protestante y una extraordinaria apertura mental.

Holanda ha tenido éxito en esta hazaña: aunar el mayor liberalismo en materia de moral y la mayor disciplina en materia de sociedad, yendo a los extremos y sabiendo mantener la razón sin engreírse.

Más allá de esta reputación de país modernista y reformador, los Países Bajos quedan por redescubrir. Por ejemplo, ¿quién puede presumir de haber visitado Maastricht, una ciudad encantadora cuyo nombre, sin embargo, es conocido en toda Europa? Si Ámsterdam y sus canales atraen masivamente a los viajeros, el resto del país todavía tiene muchas sorpresas guardadas.